viernes, 21 de marzo de 2014

Huertos Orgánicos






      
      Nuestros huertos orgánicos podemos clasificarlos en tres tipos:

a) Huerto cercanos a la residencia: en donde cultivamos aquellos rubros que requieran mayor atención y supervisión, ejemplo: repollo, cilantro, perejil, apio España (céleri), papa, batata, mora, fresa, etc.  

b) Huertos orgánicos integrados con el bosque (barbecho): un poco mas alejado del área de residencia cultivamos rubros que no requieren tanta supervisión tales como: yuca, piña, auyama, gallinazo, quinchoncho, etc.

c) Bosques comestibles: consiste en sembrar plantas enredaderas comestibles (Pepinillo, Chayota, etc.) en los árboles autóctonos del bosque sin ningún tipo de arado ni tala previa. De este modo preservamos nuestros bosques y los hacemos comestibles. También incluimos en esta categoría la siembra y conservación de árboles frutales de diversa variedad entre las que se destacan: limón, mandarina, naranja, durazno, chachafruto, higo, etc. 

      En el diseño y ubicación  de un huerto tomamos en consideración varios factores:

          La Diversidad: Tal como en nuestros cuerpos, las partes funcionan como una totalidad, con un propósito unificado, tratamos de integrar los componentes para lograr una totalidad, pero el enfoque no está en los componentes, sino en cómo se relacionan, como funcionan juntos. Este es el principio de las asociaciones de las plantas (policultivo) que procura no sembrar mucho de una sola cosa sino en menos cantidad (sostenibilidad) de múltiples especies, no solo comestibles sino también medicinales, ornamentales y autóctonas. La diversidad asegura la resiliencia.

•          El Sol: La energía que impulsa ciclos ecológicos viene del sol. Si bien todas las plantas requieren del sol, hay algunas que lo requieren con mayor intensidad y tiempo que otras. Así comenzamos a clasificar las plantas en: plantas de sol, plantas de medio sol y plantas de sombra. De acuerdo con esto las ubicamos dentro del huerto.

          El Hombre: Para el tamaño del huerto utilizamos la “escala humana”. Diseñamos el huerto para efectuar funciones a la escala más pequeña, práctica y energéticamente eficiente para esa función. La capacidad y escala humana es un buen punto de referencia, por tanto, el tamaño del huerto lo definimos en función del número y capacidad de quienes lo vamos a atender.

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