Endocracia, consciencia y gestión social
Ensayo escrito por: Carlos A. Peñaloza M. y Asia María Pérez de Peñaloza.
Hasta ahora la nota distintiva de esta
humanidad ha sido la consciencia
egocéntrica, es decir, creer que todo y todos han de girar en torno a uno
mismo (“lo que yo quiero, como yo quiero, cuando yo quiero”). Por lo tanto, gestionar
la endocracia en este escenario se
convierte hoy en día en un desafío, pues está en contravía con el tipo de
gestión superficial e individualista que elige la mayoría de las personas, algo
por demás paradójico, pues una vida de materialismo, egocentrismo y frivolidad
suele conducir a la separatividad, la infelicidad y al vacío existencial. La endocracia, por el contrario, aporta
sustancia, energía y significado a la vida, ofreciendo al colectivo humano un
nuevo enfoque desde donde mirarnos los unos a los otros, una consciencia de unidad (fraternidad).
En el ámbito social y político la endocracia contrasta con los sistemas de
gestión y gobierno que hasta la presente han imperado en la humanidad. Si bien
estos sistemas han evolucionado desde la autocracia
hasta la actual democracia, la endocracia nos plantea un posible
siguiente paso evolutivo. Todos los sistemas que hasta ahora hemos conocido tienen
como común denominador una gestión centrada en el exterior (desde fuera y hacia
fuera), mientras que la endocracia nos
propone algo radicalmente distinto, una gestión centrada en el interior, desde
donde se proyecte hacia el exterior (desde dentro hacia fuera). Es por esta
razón que la endocracia está muy
vinculada con lo que actualmente llamamos consciencia.
¿Y qué entendemos por consciencia?. Al respecto, el diccionario de la lengua española la
define como una triple capacidad: la
capacidad de conocerse a uno mismo, de conocer la realidad que nos rodea y de
interactuar con ella. Por lo tanto, se pudiera entender como una propiedad cognoscitiva
de nuestra esencia, una especie de sistema operativo del espíritu humano desde
donde brota la sabiduría interior. Podemos decir que la consciencia es para la ciencia, lo que el alma es para el creyente. Esto perfila a la endocracia como una vía filosófica de entendimiento entre ciencia y
espiritualidad, pues ambas son enfoques distintos que nos acercan hacia una
misma Verdad; representan las dos alas del vuelo del ser humano hacia el
conocimiento de sí mismo.
Al vincular endocracia y consciencia, automáticamente nos sintonizamos con todo un caudal de conocimiento que legaron muchos sabios y sabias a la humanidad relativo a la importancia y trascendencia del autoconocimiento, que podemos resumir con la expresión del gran filósofo de la Grecia antigua, Platón: “Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.
En el mundo, hemos dado poder a líderes sin
pureza (sin ética, valores o virtudes), quienes utilizan el poder para
satisfacer sus ambiciones personales y las de sus allegados, sirviéndose, en
lugar de servir al pueblo que lo eligió.
La endocracia nos recuerda que hay un poder dentro
de cada uno de nosotros y dentro de cada candidato a ser líder de una
comunidad, provincia o nación. Es un poder guiado por la sabiduría interior que
procede de su divinal esencia (en
palabras de San Juan de La Cruz, místico cristiano, 1542-1591).
La endocracia nos hace tomar consciencia de nuestro poder
para tomar decisiones basadas en la sabiduría, sensatez y sentido común. Por
ello nos hace reflexionar cuidadosamente para poder trascender el viejo paradigma de elegir a un gobernante por lo
meramente externo (apariencia, emocionalidad, promesas, populismo), que solo se
harán realidad si están acompañados de valores como la responsabilidad, honestidad
y la rectitud. Más decadente aun
es cuando elegimos a un gobernante basándonos en beneficios personales que
obtendremos de ello, olvidando el bien común. La endocracia nos enseña a ver más allá de las
apariencias, ver el fondo tras la forma y poder reconocer el verdadero tesoro
que hay en el interior del líder, sus virtudes.
La endocracia le enseña al líder cuales son los atributos internos que debe cultivar en sí mismo antes de emprender su campaña. Le lleva a encontrarse consigo mismo, con su consciencia, con su alma. Escudriñar su interior y discernir si de veras anhela servir de corazón a la humanidad a través del poder que recibirá o solo está siendo movido por su sombra, que aun no atina a iluminar. Le recuerda al líder la gran responsabilidad ante el mundo y ante Dios, que esta tarea implica. Deberá tener la humildad suficiente para comprender que este poder no es suyo, sino que fluirá a través suyo, y debe utilizarlo para el servicio. Que el reconocimiento mayor no será exterior, sino interior: la satisfacción de haber cumplido la misión por la que vino a este mundo.
El que esté libre de pecado, que lance la
primera piedra. Solo reconocerá las virtudes reales de un líder
quien las cultive en sí mismo.
La endocracia no se limita a
empoderarnos para elegir a los gobernantes locales o nacionales. Se refiere
también, y, sobre todo, al autogobierno, a ser autosoberanos, gobernadores
de nosotros mismos, de nuestra vida, de nuestras relaciones. Para lograr esto e
incrementar nuestro poder de discernimiento, intuición y sabiduría al tomar
nuestras decisiones, hemos de ocuparnos de nuestra propia auto-transformación
(nacer de nuevo, en palabras de Cristo Jesús), reconociendo e iluminando el
aspecto sombra de nuestra personalidad, transformando los antivalores (ira,
odio, miedo, avaricia, codicia, egoísmo, hipocresía, apego) en valores y
virtudes (paz, amor, respeto,
responsabilidad, pureza, verdad, humildad, bondad) hasta personificarlos en nuestra vida mediante prácticas de vida consciente.
Estas prácticas de vida consciente te
permitirán caminar por el mundo con una consciencia más despierta, más
compasiva, más libre y feliz. Al encarnar estas prácticas de vida le estarás
bajando el volumen al olvido del Ser
(nuestra sombra, antivalores, vicios) y subiendo el volumen al recuerdo del Ser (nuestra esencia con
sus dones, talentos y virtudes), con lo cual estarás expandiendo tu
consciencia, repercutiendo (aunque no lo quieras o no lo veas) sobre tu hogar,
agrupación o familia, apoyando la transformación en un hogar consciente,
saludable y feliz.
Leer mas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios y sugerencias son bienvenidas. Gracias.