QUIERO SER UN LÍDER CONSCIENTE
En el mundo, hemos dado poder a
líderes sin pureza (sin ética, valores o virtudes), quienes utilizan el poder
para satisfacer sus ambiciones personales y las de sus allegados, sirviéndose,
en lugar de servir al pueblo que lo eligió.
La endocracia nos
recuerda que hay un poder dentro de cada uno de nosotros y dentro de cada
candidato a ser líder de una comunidad, provincia o nación. Es un poder guiado
por la sabiduría interior que procede de la conciencia (para la ciencia) o del
alma (para el creyente).
La endocracia nos hace tomar
consciencia de nuestro poder para tomar decisiones basadas en la sabiduría,
sensatez y sentido común. Por ello nos hace reflexionar cuidadosamente para
poder trascender el viejo paradigma de elegir a un gobernante por lo meramente
externo (apariencia, emocionalidad, promesas, populismo), que solo se harán
realidad si están acompañados de valores como la responsabilidad, honestidad y
la rectitud.
También, la endocracia le enseña al líder cuales
son los atributos internos que debe cultivar en sí mismo antes de emprender su
campaña. Le lleva a encontrarse consigo mismo, con su conciencia, con su alma.
Escudriñar su interior y discernir si de veras anhela servir de corazón a la
humanidad a través del poder que recibirá o solo está siendo movido por su
sombra, que aún no atina a iluminar.
La endocracia le recuerda al líder la gran
responsabilidad ante el mundo y ante Dios, que esta tarea implica.
Si tienes
una naturaleza de líder y deseas desarrollarla y ampliarla con sabiduría,
valores y virtudes, esta opción es para ti.
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