Nuestros huertos orgánicos podemos clasificarlos en tres tipos:
a) Huerto cercanos a la residencia: en donde cultivamos aquellos rubros que requieran mayor atención y supervisión, ejemplo: repollo, cilantro, perejil, apio España (céleri), papa, batata, mora, fresa, etc.
b) Huertos orgánicos integrados con el bosque
(barbecho): un poco mas alejado del área de residencia cultivamos rubros que no requieren tanta supervisión tales como: yuca, piña, auyama, gallinazo, quinchoncho, etc.
c) Bosques comestibles: consiste en sembrar plantas enredaderas comestibles (Pepinillo, Chayota, etc.) en los árboles autóctonos del bosque sin ningún tipo de arado ni tala previa. De este modo preservamos nuestros bosques y los hacemos comestibles. También incluimos en esta categoría la siembra y conservación de árboles frutales de diversa variedad entre las que se destacan: limón, mandarina, naranja, durazno, chachafruto, higo, etc.
En el diseño y ubicación de
un huerto tomamos en consideración varios factores:
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La Diversidad: Tal como en nuestros cuerpos, las partes funcionan como una totalidad,
con un propósito unificado, tratamos de integrar los componentes para lograr
una totalidad, pero el enfoque no está en los componentes, sino en cómo se
relacionan, como funcionan juntos. Este es el principio de las
asociaciones de las plantas (policultivo) que procura no sembrar mucho de una
sola cosa sino en menos cantidad (sostenibilidad) de múltiples especies, no
solo comestibles sino también medicinales, ornamentales y autóctonas. La diversidad asegura
la resiliencia.
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El Sol: La energía que impulsa ciclos ecológicos viene del sol. Si bien todas
las plantas requieren del sol, hay algunas que lo requieren con mayor
intensidad y tiempo que otras. Así comenzamos a clasificar las plantas en: plantas
de sol, plantas de medio sol y plantas de sombra. De acuerdo con esto las
ubicamos dentro del huerto.
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El Hombre: Para el tamaño del huerto utilizamos la
“escala humana”. Diseñamos el huerto para efectuar funciones a la escala más
pequeña, práctica y energéticamente eficiente para esa función. La capacidad y
escala humana es un buen punto de referencia, por tanto, el tamaño del huerto
lo definimos en función del número y capacidad de quienes lo vamos a atender.